sábado, 3 de diciembre de 2022

Una vez más tu foto

Miraré una vez más

tu foto

como cada día,

como cada hora

y sentiré el frío invierno

recorrer mi cuerpo.

Miraré por última vez

tu foto

y sabré que estoy solo

sin mis sueños,

tiritando de soledad,

irremediablemente solo

en ese yo que no regresó de tus sueños.


viernes, 4 de diciembre de 2020

Éramos uno

Éramos uno

en el amor, a cada instante,

en el deseo y el placer.

Ella era yo y yo era ella.

Éramos iguales, como espejos que se miran enamorados.

Fuimos dos,

que eran uno

en todos los momentos,

en el amor y la vida, siempre.

Los que fuimos fueron todo para mí.

miércoles, 1 de abril de 2020

El instante perfecto


Fuiste el fuego
rojo de la dicha,
el amor devorando
la soledad,
la piel salvaje del deseo,
la caricia infinita jamás terminada,
mi vida entera en un instante.
Fuiste la mujer perfecta.

lunes, 25 de noviembre de 2019

Verso para ella

En cada palabra 
que digo
te sigo buscando,
en las calles
que no recorres 
conmigo
el destino 
se obstina en recordarte.

Retrato de ella

No sé
si fue el momento,
si fue ella,
quizá su mirada,
la risa en sus ojos
o la juventud.
No sé
si fue la soledad,
si fue por mi vida,
quizá por capricho
del destino
o un momento
de descuido del azar.
No sé
por qué ella
y no otra,
ni por qué
ese día y a esa hora.
Solo sé que algo de ella
aún me retiene
a este lado de la esperanza
y el otoño
conoce ya lo que dirá
al verme.

viernes, 22 de noviembre de 2019

La última vez

Llegó el día
en que por última vez
nos miraremos a los ojos,
el día
en que el amor se va
de los dos,
en que nuestras vidas
parten hacia otros sueños.
Hay un nudo en nuestras gargantas
cierta tristeza
y cierto alivio..el amor
se ha ido, los recuerdos
comienzan a hacer su oficio.

Un aguacero interminable



La vida es
como un aguacero interminable
una tarde de noviembre
en una carretera
que nadie ha transitado.
Las ausencias
que esta vida me dio
me recuerdan
mientras escampo
bajo un silencio oscuro
que pase la lluvia.
Hace frío
en los huesos tristes
de mi alegría.
Gotas de soledad,
de nombres de mujeres
y lugares exóticos,
de ayeres de amor
me empapan
y nublan mi vista.
La carretera
sigue ahí,
desolado destino mío,
que me lleva hacia ese lugar
donde
el frío es infinito y la negrura
no abre los ojos,
donde nadie está,
aunque todos han llegado ya.